-¿Vas a soltarlo de una vez, o qué? +¿Puedo invitarte a salir? -¿Me pides permiso? +Si… supongo que sí. -¿Que tienes pensado que hagamos? +Pues, te invitaría al cine, o a un concierto. Podríamos ir a comer una pizza o un helado. Si quieres también podemos dar vueltas por aquí mientras bebemos un refresco. Luego te acompaño a casa, no te preocupes… -¿No vas a besarme? +Bueno, yo no… o sea si… Bueno, no sé. -Entonces no voy. +Está bien, entonces te besare. -¿Cómo? +Pues te contaré algo gracioso y nos reiremos. Después habrá uno de esos momentos en los que parece que pasa un ángel porque nadie dice nada y me acercaré a ti. Te apartare el pelo y te acariciaré la mejilla. Todo eso mirándote a los ojos, claro. Dirás cualquier idiotez de esas que solo tú sabes decir cuando estas nerviosa, y entonces te besaré. -¿A qué hora has dicho que venias a buscarme?


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