-¿Que te pasa? +No sé como decírtelo... -Intenta explicarlo, o tampoco sabes, como de costumbre... +Es difícil, pero a ver... Siéntate en el columpio, hazme caso, solo así lo entenderás... -Ya estoy en el columpio, ¿Ahora que? +Comienza a columpiarte, una vez cogido impulso... cierra los ojos... ¿Notas esas cosquillas en el estomago? A mí no me hace falta columpiarme para sentirlas... las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre... - ¿De verdad? no sé que decir... +No pero aun no acaba... ¡No abras los ojos, sigue cogiendo impulso! Ahora... Suelta una mano... -¿Que? ¿Tú quieres matarme? +Hazme caso, confía en mi, suelta una mano... ¿Has visto que sensación? Parece que te vayas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón. Eso me pasa cada vez que te separas de mí, cada vez que te noto distante.


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